En reuniones comunitarias y pláticas con familias de adultos mayores en Piedras Negras, la noticia se recibió con esperanza: comenzó la construcción del primer asilo público de la ciudad, una obra largamente esperada que busca dar atención integral a personas en situación de vulnerabilidad.
Primero, las autoridades municipales y estatales colocaron la primera piedra en un predio habilitado con capacidad proyectada para decenas de residentes. Después, se explicó que el centro contará con áreas médicas, espacios de convivencia, dormitorios y programas de recreación. Hasta ahora se ha comprobado que existe presupuesto asignado y calendario de ejecución; todavía no está claro si se garantizará la operación sostenida con personal especializado y recursos permanentes.
El contraste es evidente: mientras las familias celebran la obra como un avance histórico, especialistas en políticas sociales advierten que sin protocolos claros de atención y transparencia en el manejo de recursos, el proyecto corre el riesgo de convertirse en un edificio subutilizado. La expectativa está en los próximos meses: que la construcción avance en tiempo y forma, y que se definan métricas de cobertura y calidad.
Un asilo público en Piedras Negras representa justicia social para quienes dieron su vida al trabajo y hoy carecen de respaldo. La tarea ahora es que no se quede en símbolo, sino que funcione con reglas claras y atención digna.














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