La fuerza de la naturaleza no entiende de fronteras. En un acto de solidaridad y valentía, rescatistas de Acuña, Coahuila, cruzaron a Texas para apoyar en la recuperación de cuerpos tras las devastadoras inundaciones. El hallazgo de una víctima es testimonio de la cooperación que une a las comunidades a ambos lados del río.
Durante la última semana, fuertes lluvias provocaron desbordamientos y caos en varias ciudades texanas, obligando a la evacuación de cientos de personas. Ante la magnitud de la emergencia, equipos de rescate de Acuña respondieron a la petición de ayuda y se sumaron a las labores de búsqueda y recuperación en las zonas más afectadas.
Fue así como, en coordinación con autoridades estadounidenses, los rescatistas mexicanos lograron localizar y recuperar el cuerpo de una persona desaparecida. El trabajo conjunto fue reconocido por familiares y autoridades de ambos países, quienes destacaron la entrega, el profesionalismo y la hermandad mostrada en momentos de crisis.
La tragedia deja, además de dolor, un ejemplo de cooperación binacional frente a los desastres naturales que golpean por igual a todas las comunidades fronterizas. Para los equipos de Acuña, el deber de servir no termina en la línea del río Bravo.
Cuando la desgracia toca a la puerta, la solidaridad borra cualquier frontera. El esfuerzo de los rescatistas de Acuña recuerda que la ayuda no tiene nacionalidad y que, ante la tragedia, la humanidad siempre debe estar primero. Que este ejemplo inspire a mantener lazos de colaboración y apoyo mutuo en ambos lados de la frontera, porque la vida y la esperanza son universales.
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