En plena ola de recortes presupuestales, Torreón presume avances en la modernización de su Centro Histórico. Autoridades locales destacan coordinación y planeación para sostener la obra. Sin embargo, la ciudadanía en otras ciudades de Coahuila cuestiona el doble estándar: ¿cómo es que hay recursos para embellecer plazas mientras colonias enteras siguen sin drenaje, pavimento o agua suficiente?
El alcalde Román Cepeda anunció que, pese a ajustes financieros, la intervención en el Centro Histórico sigue en marcha. Se contempla rehabilitación de calles, fachadas y luminarias. La inversión busca atraer turismo y dinamizar el comercio.
Se ha confirmado que en Coahuila los recortes de participaciones federales han presionado a los municipios. Sin embargo, auditorías estatales han observado también subejercicios y proyectos inconclusos en infraestructura urbana, lo que refleja que no todo se trata de falta de dinero sino de prioridades en la gestión pública.
Mientras Torreón presume resiliencia, en Saltillo y Monclova los ciudadanos reclaman la postergación de obras básicas. Colectivos vecinales recuerdan que los proyectos de modernización son bienvenidos, pero no pueden convertirse en escaparate político a costa de necesidades esenciales.
El Centro Histórico de Torreón merece inversión, pero Coahuila no puede modernizar vitrinas mientras los barrios sobreviven con rezagos básicos. La pregunta de fondo es incómoda: ¿queremos ciudades bonitas para el visitante o ciudades dignas para quienes las habitan todos los días?














Comments are closed