En pláticas entre transportistas y comerciantes del centro de Piedras Negras circula el entusiasmo por el avance del tercer puente internacional en Eagle Pass, una obra que con inversión privada busca detonar el comercio binacional y que promete beneficiar directamente a la región fronteriza de Coahuila, consolidando a la frontera norte como motor logístico del país.
De acuerdo con los reportes, la obra avanza con financiamiento privado y contempla infraestructura de carga que permitirá agilizar cruces y reducir tiempos de espera, un punto clave para las industrias instaladas en la zona. Empresarios de Piedras Negras han resaltado que el proyecto no sólo impactará el transporte de mercancías, sino que fortalecerá cadenas de valor en sectores como la manufactura, la agroindustria y el comercio minorista.
Hasta ahora se ha confirmado que el diseño incluye accesos directos para transporte pesado y coordinación con autoridades mexicanas para la conexión carretera. Todavía no está claro cuándo se dará la apertura formal ni cómo se integrarán mecanismos de seguridad fronteriza, aunque el proyecto ha recibido respaldo tanto de autoridades estadounidenses como mexicanas.
Para comerciantes locales, el tercer puente representa una oportunidad de crecimiento económico y atracción de nuevas inversiones. Transportistas destacan que, de reducirse tiempos de cruce, se incrementará la competitividad de Coahuila frente a otros puntos de la frontera norte. La expectativa ahora recae en que los gobiernos acompañen con infraestructura complementaria, carreteras y aduanas eficientes.
El tercer puente internacional no es solo una obra de concreto, es una puerta abierta al desarrollo regional. Coahuila debe exigir su lugar en la planeación y asegurarse de que los beneficios lleguen a la población: empleos, dinamismo económico y seguridad. La frontera norte está llamada a ser ejemplo de competitividad y cooperación binacional.














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