Una madrugada de sábado, un hombre de 45 años identificado como Isaías Puebla Solís fue encontrado sin vida en el patio trasero de su vivienda en la colonia Tierra y Libertad de Monclova. Las autoridades investigan como presunto suicidio.
El hallazgo fue realizado alrededor de las 00:50 h por uno de sus hijos, quien alertó al servicio de emergencias tras descubrir a su padre suspendido con un cable en una zona en obra negra del domicilio. Según los informes oficiales, Isaías trabajaba de forma eventual en albañilería y jardinería.
La falta de empleo estable, el contexto de trabajos informales y el hecho de que la noche previa había pedido disculpas a uno de sus hijos, apuntan a un escenario emocional vulnerable. Esto coloca la conversación del suicidio en la Región Centro de Coahuila en una dimensión de salud pública que trasciende lo individual.
En Coahuila, los protocolos institucionales de atención a salud mental y prevención del suicidio aún enfrentan vacíos: la reducción de un caso tan visible exige responder con recursos, acompañamiento y seguimiento más allá del oficio de los números. ¿Cuál será el plan estatal para transformar esta tragedia repetida en política de prevención genuina?
Cuando la vida termina en silencio, lo que debía ser señal de auxilio se vuelve nota de cifras. En Monclova, la pérdida de Isaías no puede dejarse en “otro caso más”. La salud mental no espera. ¿Invertiremos ahora o seguiremos reportando mañana?














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