Desde hogares, pasillos escolares y redes de padres de familia en Ciudad Acuña, resuena una recomendación simple pero poderosa: adelantar gradualmente la hora de dormir y organizar útiles, mochila y ropa días antes del inicio del ciclo escolar puede evitar el cansancio extremo y mejorar el ánimo de niñas, niños y niñas en esta temporada de regreso a clases.
El especialista entrevistado aconseja un reajuste previo del reloj interno: tardar solo unos días en acostarse y levantarse más temprano previene el castigo del jet lag estudiantil; además, preparar con antelación lo necesario (útiles, mochila, uniforme) reduce estrés matinal. Respecto al entorno emocional, es esencial conversar sobre expectativas, reconocer emociones como ansiedad o entusiasmo y construir un espacio de confianza para que los estudiantes expresen sus dudas antes del timbre inaugural.
Este enfoque encaja con la estrategia federal “Vive saludable, vive feliz”, que promueve hábitos alimentarios, sueño y actividad física dentro y fuera de las escuelas. Al sumar acciones desde la escuela y la familia, se fortalece el bienestar emocional y se mejora la adaptación al ciclo escolar.
Ya se tiene claro que ajustar los horarios y planificar con tiempo puede favorecer el bienestar escolar; lo que sigue por definir es si habrá campañas locales que difundan estas prácticas en comunidades y escuelas de Acuña, o si se integrarán en protocolos escolares para el regreso a clases.
El bienestar escolar no depende solo de libros: empieza por la rutina en casa. Cuando el regreso a clases está acompañado de hábitos saludables, también florece el aprendizaje, el ánimo… y la paz familiar.














Comments are closed