Un joven de 23 años fue hallado sin vida en su domicilio de Monclova, luego de una discusión con familiares. El caso vuelve a encender las alertas sobre la salud mental y la necesidad urgente de redes de apoyo emocional en los hogares.
La tragedia volvió a tocar a una familia coahuilense. Un joven de 23 años fue encontrado sin vida en su hogar en la colonia Loma Linda de Monclova, tras una discusión familiar que, según primeros reportes, desencadenó una crisis emocional que terminó en suicidio.
Elementos de la Agencia de Investigación Criminal acudieron al lugar tras una llamada de emergencia. Aunque se intentó brindar ayuda médica, ya no fue posible reanimarlo. La escena fue procesada por peritos forenses y el cuerpo trasladado al Semefo para realizar la necropsia correspondiente.
Vecinos relataron que el joven era reservado, pero no mostraba señales evidentes de que atravesara un problema severo. Como en muchos casos, el dolor fue silencioso, hasta que se convirtió en irreversible.
La Fiscalía del Estado abrió una carpeta para esclarecer los hechos, pero el caso ha tocado fibras profundas en la comunidad. Psicólogos y colectivos insisten en la urgencia de hablar abiertamente sobre salud mental, fortalecer los lazos familiares y enseñar a detectar señales de alarma emocional, especialmente entre los jóvenes.
Una palabra a tiempo puede salvar una vida. El silencio que quedó en Monclova no debe repetirse. Escuchar, acompañar y entender sin juicio son actos urgentes en una sociedad que no puede seguir perdiendo a su juventud en soledad. Porque hablar también es cuidar.
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