El temor a otro desastre ambiental llevó a Saltillo a endurecer las reglas: a partir de ahora, cualquier quema —intencional o accidental— será sancionada. El municipio despliega operativos de prevención y vigilancia, buscando evitar incendios forestales y proteger tanto áreas verdes como zonas urbanas.
Después de los incendios recientes, que arrasaron con cientos de hectáreas y pusieron en jaque a las autoridades, el cabildo aprobó una serie de medidas estrictas: queda prohibida la quema de basura, pastizales y restos agrícolas. Incluso los accidentes —como fogatas descuidadas o chispas por trabajos— podrán ser motivo de sanción administrativa o penal.
La nueva estrategia incluye patrullajes en zonas de riesgo, campañas de concientización y mayor coordinación con Protección Civil, bomberos y comunidades rurales. El objetivo es frenar el avance de incendios antes de que se salgan de control y multar a quienes, por negligencia o desconocimiento, pongan en peligro a la población.
Saltillo, con su clima seco y vientos fuertes, es especialmente vulnerable en temporada de calor. Las autoridades piden a la ciudadanía extremar precauciones, reportar cualquier conato de incendio y asumir que la responsabilidad es de todos.
Prevenir un incendio vale mucho más que apagarlo. Las nuevas sanciones en Saltillo son una respuesta urgente a una amenaza real, pero la clave está en la conciencia y la colaboración de la comunidad. Cuidar la ciudad y sus alrededores es tarea de todos: una chispa basta para perderlo todo, pero una decisión a tiempo puede salvarlo.
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