En esquinas del centro y entre automovilistas, se enfatiza la valentía institucional luego de que un oficial de tránsito rescatara a un taxista atrapado tras un choque en el bulevar Harold R. Pape, donde además se registró una fuga de gas: la acción evitó un posible estallido y volvió a poner en foco la necesidad de cuerpos de respuesta bien entrenados y con protocolos claros en Coahuila.

El accidente ocurrió poco antes de las 15:00 horas del sábado cuando una camioneta Ford Explorer embistió por alcance a un Nissan Tsuru que fungía como taxi. El impacto dejó al conductor atrapado y un tanque de gas comenzó a fugar combustible, incluyendo la amenaza de explosión. Fue entonces cuando el oficial René Garanzuay, junto a dos compañeros, intervino de inmediato, liberó al taxista y lo alejó del punto crítico, evitando una tragedia mayor.

Paramédicos de la Cruz Roja atendieron a los lesionados y bomberos aseguraron el tanque de gas mientras el responsable del choque quedó detenido. Hasta ahora se ha confirmado la pronta intervención del oficial, el traslado de los heridos y la detención del presunto responsable. Todavía no está claro si existió algún protocolo municipal específico para la fuga de gas ni si se abrirá una investigación sobre lo ocurrido.

Transportistas y vecinos reconocen el reflejo institucional, pero también reclaman mayor capacitación y recursos para responder a emergencias de este tipo. En Monclova, donde el flujo vehicular es constante, este caso subraya la importancia de contar con contingencias claras, rutas de evacuación y coordinación entre tránsito, bomberos y atención médica.

Este rescate demuestra que la preparación y el valor no deben ser ocasionales sino sistemáticos. Es momento de exigir que nuestras instituciones cuenten con capacitación, protocolos actualizados y equipamiento adecuado para que cada emergencia se convierta en oportunidad de salvar vidas, no en un riesgo letal.