El espectáculo de la cascada El Salto en Ramos Arizpe ha robado suspiros y fotos en redes sociales durante los últimos días, gracias al impresionante caudal que dejaron las lluvias recientes. Pero mientras la naturaleza se luce en una de sus postales más bellas, el municipio enfrenta también el reto de reparar los estragos que esas mismas precipitaciones causaron en otras zonas.

El Salto, uno de los parajes más emblemáticos del municipio, muestra un rostro renovado y vigoroso, atrayendo a visitantes y habitantes que buscan admirar el espectáculo natural. Las aguas, usualmente escasas en temporada seca, hoy caen con fuerza, alimentando ríos y renovando paisajes que por meses permanecieron secos y polvorientos.

Sin embargo, no todo es celebración. Las intensas lluvias también provocaron afectaciones en caminos, viviendas y servicios básicos de diversas colonias, obligando a las autoridades a desplegar operativos de apoyo, limpieza y reparación. Protección Civil y cuadrillas municipales trabajan a marchas forzadas para restablecer la normalidad, mientras los vecinos piden soluciones de fondo para prevenir daños futuros.

La dualidad de la naturaleza queda expuesta: mientras unos celebran el renacer de El Salto, otros luchan por reponerse de la fuerza del agua.

La belleza y la tragedia pueden brotar de la misma tormenta. Que el asombro por la cascada no nos haga olvidar a quienes hoy reconstruyen su vida tras las lluvias. Cuidar la naturaleza y prepararnos para sus excesos debe ser parte de la misma lección: admirarla y respetarla, siempre.