El sector automotriz sostiene gran parte de la economía de Coahuila: el INEGI reveló que uno de cada cinco trabajadores en el estado está empleado en esta industria. La cifra confirma la relevancia de este rubro como columna vertebral del empleo formal y del desarrollo regional.

Coahuila se mueve a ritmo de ensamblaje, autopartes y líneas de producción. Así lo reveló el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), al informar que el 20% de los trabajadores del estado se desempeñan en el sector automotriz, posicionándolo como uno de los motores económicos más poderosos de la entidad.

La cifra no es menor. Municipios como Saltillo, Ramos Arizpe y Arteaga concentran buena parte de la industria, albergando plantas de marcas globales y cientos de empresas proveedoras. Esta dinámica ha permitido el crecimiento del empleo formal, así como la atracción de inversiones extranjeras que siguen apostando por el estado como punto estratégico de producción.

Además del impacto laboral, la industria automotriz impulsa sectores paralelos como transporte, logística, vivienda y servicios, generando un efecto multiplicador en la economía regional. Expertos señalan que la estabilidad en este sector ha permitido amortiguar otras crisis económicas y mantener a Coahuila como una de las entidades con menor informalidad laboral.

Sin embargo, también se advierte una alta dependencia. Ante posibles disrupciones globales —como conflictos comerciales, caídas en la demanda o reconversiones tecnológicas— el reto será diversificar la economía sin descuidar la competitividad que hoy mantiene a Coahuila en el mapa mundial de la manufactura.

Cuando una economía depende tanto de una sola industria, el crecimiento es tan veloz como frágil. Coahuila tiene en el sector automotriz su mayor fortaleza, pero también su mayor vulnerabilidad. La clave estará en saber conducir el desarrollo sin quedarse atrapado en la misma ruta.