Sin estudios técnicos, ni cronograma definido, el Gobierno de Coahuila anunció que “colaborará” con la ampliación del Puente Internacional II entre Piedras Negras y Eagle Pass, en un proyecto clave para el comercio bilateral. La nota omitió plazos, recursos estatales, o acciones concretas, y solo reiteró ‘voluntad’ institucional.
El secretario de Infraestructura, Desarrollo Urbano y Movilidad del Estado, Miguel Ángel Algara, confirmó que el gobernador Manolo Jiménez Salinas se comprometió a colaborar en la ampliación del cruce fronterizo más importante de Coahuila. La declaración se dio tras una reunión en Texas con el congresista Henry Cuéllar y funcionarios de Eagle Pass, donde se discutieron “proyectos de infraestructura compartida”.
El anuncio destaca por lo que no dice: no se mencionan fechas, inversión estatal, proyectos ejecutivos, ni coordinación concreta con la federación. La participación estatal se limita a “facilitar” procesos administrativos o de gestoría, lo que genera dudas sobre el verdadero papel de Coahuila en la obra.
Mientras tanto, del lado estadounidense, ya se realizan estudios preliminares de factibilidad, y se gestiona el presupuesto ante el Congreso de ese país. La diferencia de ritmo evidencia que el impulso real proviene de Texas, no de México.
La ampliación del Puente Internacional II —clave para el comercio industrial y agropecuario del norte de México— lleva años en discusión, pero sin avances visibles. Piedras Negras ha denunciado retrasos federales y poca prioridad nacional al tema. Ahora, con esta declaración, el estado intenta subirse al proyecto… pero sin claridad ni compromisos verificables.
Coahuila dice estar listo para colaborar. Lo que falta es que diga cómo, cuándo y con qué. Porque de buenas intenciones, el desarrollo fronterizo no vive.
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