Después de años de angustia y espera, tres familias más en Coahuila están a punto de abrazar, al menos simbólicamente, a sus seres queridos. Las autoridades confirmaron que este mes serán entregados los restos de otros tres mineros rescatados en Pasta de Conchos, renovando la esperanza y el dolor de toda la comunidad carbonífera.
La tragedia de Pasta de Conchos, ocurrida en 2006, dejó una herida profunda y cientos de preguntas sin respuesta en la región carbonífera de Coahuila. A casi dos décadas del desastre, los trabajos de rescate avanzan a paso lento pero constante. Ahora, la Secretaría de Gobernación y la Comisión Federal de Electricidad han confirmado la recuperación e identificación de tres cuerpos más, que pronto podrán volver a casa.
Para las familias, el anuncio es un bálsamo amargo: después de años de lucha, gestiones y promesas incumplidas, el cierre simbólico se acerca. “Por fin podremos despedirlos como merecen”, señalan algunos deudos, aunque el dolor y el reclamo de justicia siguen vivos.
El gobierno federal reiteró su compromiso de continuar las labores hasta localizar e identificar a todos los mineros atrapados. Organizaciones de derechos humanos y colectivos de familiares insisten en que la búsqueda no debe detenerse, y que cada rescate es también una exigencia de verdad y reparación.
Pasta de Conchos es una herida abierta en la memoria de Coahuila. Cada minero que regresa a casa es un paso hacia la justicia y la dignidad, pero también un recordatorio de todo lo que falta por sanar. El duelo de las familias merece acompañamiento, respuestas y garantías de que ninguna tragedia así volverá a repetirse. Porque la verdadera luz al final del túnel es la verdad.
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