El eco de las tragedias en Los Chorros sigue retumbando en la sierra. Ahora, la alcaldesa de Arteaga, Flor Estela Medina, se suma al clamor: lleva un exhorto formal al gobierno federal para exigir soluciones inmediatas a la carretera más peligrosa de Coahuila. La presión crece, pero las respuestas siguen lejos.
Acompañada por integrantes del cabildo y líderes comunitarios, la alcaldesa entregó un documento dirigido a la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes, donde expone —otra vez— la urgencia de intervenir el tramo de Los Chorros. El texto es claro: no hay presupuesto, pero sí hay víctimas, familias quebradas y comunidades que viven con miedo diario a una nueva desgracia.
El exhorto, respaldado por decenas de firmas, exige la pronta liberación de recursos para el proyecto de rectificación de la carretera, así como medidas inmediatas de señalización, vigilancia y apoyo a víctimas. La alcaldesa también denunció el abandono en el que quedan quienes han perdido a sus seres queridos o resultan heridos: “No basta con lamentar cada accidente. Exigimos presencia federal real y permanente”.
En las últimas semanas, la presión social ha ido en aumento. Habitantes de ejidos, empresarios, diputados locales y ahora autoridades municipales coinciden: la tragedia de Los Chorros ya no puede tratarse como asunto menor. El cansancio y la indignación se acumulan con cada víctima.
El exhorto de la alcaldesa de Arteaga es otro grito en una larga cadena de reclamos. Los Chorros no puede seguir siendo solo una nota roja recurrente: debe convertirse en prioridad nacional. La historia se repite porque las respuestas son las mismas: promesas y espera. Urge que la exigencia de soluciones no se disuelva en el silencio burocrático. En Coahuila, la paciencia de las comunidades ya está al límite.
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