En las canchas llaneras y las ligas de barrio de Coahuila, la pasión por el fútbol a menudo se desborda en violencia, convirtiendo un espacio de convivencia en un foco de riesgo. Para atajar este problema desde la raíz, la Dirección de la Juventud de Torreón ha convocado a un “Círculo de la Paz”, una iniciativa que sienta a todos los actores en la misma mesa y que representa un modelo de prevención social para todo el estado.

El encuentro reunirá a árbitros, jugadores, dueños de equipos y autoridades municipales para dialogar y firmar un pacto de compromisos por el juego limpio. La violencia en el deporte amateur es un reflejo de la descomposición del tejido social y requiere estrategias de prevención comunitaria, no solo la presencia policial reactiva.

Esta acción, un resultado de las políticas de prevención de Torreón, se alinea con los protocolos federales que buscan la reconstrucción de la paz desde la comunidad. El éxito de este modelo en La Laguna podría marcar la pauta para otras regiones.

¿Adoptarán el Instituto Coahuilense del Deporte (INEDEC) y el de la Juventud (ICOJUVE) este modelo de “Círculos de Paz” para implementarlo como una política pública permanente en las ligas de Saltillo, Monclova y el resto del estado? La pregunta es clave para cambiar la narrativa de la violencia en el deporte.

Hemos normalizado que un partido de fútbol de fin de semana termine con una patrulla en la cancha. La iniciativa de Torreón nos recuerda que la paz se construye antes del silbatazo inicial, no después. La pregunta para Coahuila es si estamos dispuestos a invertir más en diálogo y prevención que en policías y ambulancias para nuestro deporte amateur.