La noticia encendió chats vecinales y pasillos de mercado: una mujer de 36 años intentó quitarse la vida en su domicilio de la colonia Infonavit Oasis, provocándose cortes en ambas muñecas con un rastrillo, hecho que reaviva la preocupación por la atención a la salud mental en la Región Carbonífera.

Paramédicos de la Cruz Roja acudieron al llamado de familiares y encontraron a la mujer con tres heridas: dos de aproximadamente cuatro centímetros y una de siete. Fue estabilizada en el lugar y trasladada a la clínica 27 del IMSS en Villa de Palaú, donde recibió suturas y quedó internada bajo observación médica y psicológica.

Las primeras versiones indican que la mujer habría discutido con su pareja y que pudo haber consumido alcohol, lo que habría detonado la crisis. La Agencia de Investigación Criminal abrió carpeta para precisar circunstancias y descartar participación de terceros, mientras médicos confirmaron que su estado de salud es estable.

Se sabe con certeza que la paciente fue atendida de inmediato y permanece hospitalizada sin riesgo vital. Lo que todavía no se define es si recibirá acompañamiento psicológico de largo plazo ni si el municipio implementará programas de prevención o campañas de apoyo comunitario ante el aumento de intentos de suicidio en la zona.

Cuando una vida pende de un hilo, la rapidez de la atención salva, pero no basta. En Coahuila, cada intento de suicidio debería ser llamado a reforzar la red de apoyo comunitaria y a poner la salud mental en el centro de la agenda pública.