Durante varios días, extrabajadores de Altos Hornos de México bloquearon los accesos a la planta en Monclova exigiendo sus pagos pendientes. El pasado domingo, la protesta fue levantada con apoyo policial, entre gritos, tensión y un descontento social que sigue acumulando presión en la región Centro.
“Ni antes, ni el 6 de agosto, ni después”, gritaron con firmeza los exobreros de AHMSA mientras bloqueaban los accesos a la siderúrgica en Monclova. El mensaje era claro: no más promesas incumplidas. Los manifestantes reclamaban el pago de liquidaciones y salarios atrasados, acumulados desde que Altos Hornos de México dejó de operar con normalidad.
Durante días, los accesos al complejo industrial fueron bloqueados por decenas de trabajadores despedidos, quienes denunciaron el abandono por parte de la empresa y la indiferencia de las autoridades. Aseguraron estar hartos de fechas falsas y comunicados sin sustancia. “No queremos otra prórroga, queremos lo que nos deben”, afirmaron.
Sin embargo, la protesta fue disuelta este domingo con la intervención de elementos de la Policía Estatal y Municipal. Aunque no se registraron enfrentamientos graves, el desalojo generó momentos de alta tensión y reclamos entre los manifestantes. Algunos señalaron que fueron retirados sin previo diálogo ni garantías de pago.
La escena dejó un amargo sabor de boca en la comunidad. Mientras unos consideran que el bloqueo afectaba al mínimo intento de reactivación económica, otros respaldan el derecho de los extrabajadores a exigir lo que por ley les corresponde. Lo cierto es que el conflicto laboral en AHMSA no solo ha colapsado miles de hogares, sino también la estabilidad emocional y productiva de Monclova y la Región Centro.
Las promesas del nuevo administrador judicial de la empresa y los supuestos avances en negociaciones con inversionistas no han sido suficientes para contener el descontento. El ambiente sigue enrarecido, con un sector obrero que se siente traicionado y autoridades que no logran articular una solución convincente.
El acero de Monclova ya no se funde en hornos: se funde en la dignidad herida de quienes construyeron su historia. Cada día sin pago, sin respuesta y sin justicia, es un golpe más a la paz social en Coahuila. Si no se resuelve con sensibilidad y voluntad, el conflicto de AHMSA puede encender algo más peligroso que un bloqueo: la desesperanza colectiva.
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