En regiones Norte y Laguna, 35 personas han sido atendidas en clínicas y hospitales por golpes de calor o deshidratación, un dato que rompe el silencio en aulas y calles sobre el peso del calor extremo y la necesidad de acciones concretas de salud pública.
Se trata de 32 golpes de calor y dos casos de deshidratación, todos sin que se registre alguna muerte relacionada, lo que da luz al alcance parcial de la crisis. La Secretaría de Salud federal reporta que, a nivel nacional, ya suman 1,348 casos de este tipo y 57 fallecimientos, concentrados principalmente en estados como Sonora, Veracruz y Baja California. En Coahuila, mientras tanto, se intensifican las medidas preventivas: se distribuyen sobres de suero oral en zonas vulnerables y se difunden recomendaciones de hidratación especialmente para niños, personas mayores y quienes provienen de climas más templados.
Esta semana se pronostican temperaturas superiores a los 40 grados en las zonas Norte y Laguna, donde se concentran la mayoría de los casos. Hasta ahora se ha comprobado que las atenciones han sido oportunas y sin víctimas mortales, pero aún no está claro si la Secretaría de Salud estatal organizará un calendario de campañas de concientización en comunidades escolares o laborales, ni si los centros de salud recibirán apoyo adicional para enfrentar el pico del calor.
Cuando el termómetro marca más de 40 grados, la salud se convierte en un asunto colectivo: cuidar a niñas, niños y adultos mayores no es un acto individual, es una responsabilidad pública. Coahuila debe convertir este cuidado urgente en política visible que repita el mensaje: el calor no espera y la prevención no puede postergarse.














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