Vienen tiempos difíciles para las finanzas de Coahuila: el estado enfrentará un recorte de aproximadamente 800 millones de pesos en participaciones federales, una noticia que preocupa a autoridades, empresarios y ciudadanos por igual, ante el impacto que tendrá en obras, servicios y programas sociales.
La reducción, confirmada por la Secretaría de Finanzas estatal, responde a ajustes en la fórmula de reparto y menores ingresos tributarios a nivel nacional. El golpe no es menor: los recursos federales representan un pilar del presupuesto estatal y municipal, por lo que la caída obligará a replantear prioridades y posponer proyectos clave en áreas como infraestructura, seguridad, educación y salud.
Expertos advierten que este tipo de recortes generan efectos en cascada, afectando no solo a la administración pública, sino a la economía local, proveedores y trabajadores. En un contexto de desaceleración económica, la falta de inversión y de recursos frescos puede traducirse en menos empleo, rezago social y mayores presiones políticas.
El gobierno estatal ya analiza estrategias para sortear la falta de recursos, mientras crecen los llamados a la Federación para reconsiderar el recorte y encontrar mecanismos de compensación. Los municipios, particularmente los más pequeños, temen quedarse sin margen para operar programas y atender las necesidades básicas de la población.
Los números fríos de los recortes federales tienen consecuencias muy reales en la vida cotidiana de miles de familias. Urge repensar la relación fiscal entre estados y Federación, porque una política que ahoga a las regiones no puede ser la receta para el desarrollo. Que la voz de Coahuila pese tanto como sus necesidades.
Comments are closed