En los salones de conferencias y mesas de trabajo de Torreón, el discurso suena optimista: La Laguna tiene lo que se necesita para convertirse en un hub tecnológico. Así lo repitieron esta semana representantes de la CANIETI, la cámara que agrupa a las empresas de tecnologías de la información, asegurando que la región ya cuenta con la “base sólida” para despegar hacia un desarrollo digital de primer nivel.

La narrativa es poderosa. Hay talento joven egresando de las universidades, parques industriales con infraestructura moderna y alianzas entre academia y sector privado. Se presume la llegada de inversiones en software, manufactura avanzada y hasta inteligencia artificial. Pero tras el entusiasmo, la realidad impone sus matices: fuera del círculo empresarial, la tecnología aún no llega a todos.

Mientras algunos startups y empresas exportan servicios digitales a Estados Unidos, en muchos barrios de Gómez Palacio y Lerdo, el acceso a internet rápido sigue siendo un lujo. La brecha digital es evidente: la mayoría de las pequeñas empresas apenas dan el salto a las ventas en línea y la capacitación tecnológica sigue rezagada en buena parte de la población.

La CANIETI insiste: La Laguna tiene condiciones para destacar, pero falta una apuesta colectiva —infraestructura, capacitación masiva, inversión en ciencia y voluntad política— para que el futuro digital no sea solo un discurso de foro, sino una realidad que alcance a todos los rincones de la comarca.

El futuro digital de La Laguna no está escrito en una sala de juntas, sino en cada empresa, cada estudiante, cada barrio que espera acceso real a la tecnología. Apostar por el desarrollo tecnológico es mucho más que presumir bases sólidas: es cerrar brechas y hacer del futuro una oportunidad para todos.