La armadora General Motors paró máquinas en Ramos Arizpe y dejó en pausa a más de 3,500 obreros. ¿El culpable? Un arancel trumpista que puso de cabeza la industria.

Este lunes 28 de abril, la planta de GM en Coahuila anunció un paro técnico que durará al menos cinco días. La decisión responde al nuevo arancel del 25% que impuso Estados Unidos a los autos mexicanos, encendiendo las alertas en el sector automotriz. La producción estará suspendida del 28 de abril al 2 de mayo, afectando tanto a trabajadores de planta como a contratistas.

Durante este periodo, los obreros recibirán el 65% de su salario y conservarán prestaciones. Aunque la empresa asegura que es una medida temporal, la tensión entre México y EE.UU. por temas comerciales comienza a golpear directamente a la mano de obra coahuilense. Los sindicatos ya piden diálogo federal antes de que la crisis escale.

La noticia se volvió tendencia entre trabajadores y analistas. Mientras en Coahuila se aprieta el cinturón, en Washington se juega con la economía como si fuera tablero de ajedrez.

A ver si con esto se le bajan los humos a los que andaban celebrando que “todo iba sobre ruedas”. Porque cuando Trump estornuda, Ramos Arizpe agarra el Kleenex.