Coahuila atraviesa un momento crítico en el empleo. En mayo-marzo de 2025, el estado registró una tasa de desocupación del 3.5 %, cifra entre las más altas del país. Y los datos más recientes de junio confirman que, aunque a nivel nacional la tasa de desempleo mejoró ligeramente al 2.7 %, la informalidad laboral sigue siendo un reto mayor (54.8 %).

El mercado laboral está envuelto en una tormenta perfecta: cierres recientes de plantas maquiladoras —como el de Kontoor Brands, generando miles de despidos en Torreón—, reducciones de personal en la industria automotriz y siderúrgica, que suman más de 6,500 empleos afectados en Coahuila.

Pienso en el padre que regresa con el pecho apretado, preguntándose cómo poner comida en la mesa. Pienso en la madre que, sin empleo, está preocupada por el uniforme y las útiles escolares que se acercan. Esta situación no es abstracta, es cotidiana, está en cada hogar.

¿Usted que acaba de quedarse sin trabajo —ya sea por el cierre de maquiladoras o porque lleva meses sin encontrar empleo… qué plan tiene? ¿Conoce el plan de las autoridades para sostenerles en esta crisis laboral? No basta con cifras o promesas. Cuando una familia pierde su sustento, la urgencia es presente, no es algo que pueda esperar.

No se trata de culpar. Pero sí exige que como ciudadanía exijamos más. Si queremos representantes capacitados y comprometidos, como primer paso debemos ser ciudadanos que se informan, que cuestionan, que participan.

Queremos oportunidades, no limosnas. Queremos un sistema de empleo que resista recortes, crisis internacionales y que planifique desde lo local hacia lo global. Eso se construye con políticas claras y ciudadanía organizada.

El empleo no es solo un número ni una estadística. Es la dignidad del hogar. Coahuila merece soluciones reales y oportunas. Mientras eso no suceda, Camino Ciudadano seguirá caminando, diciendo que la política debe ir al paso de quienes hacen su vida con esperanza.

Esa es mi opinión que no se detiene. ¿Y tú, por dónde vas?

La editorial

Camino Ciudadano

Opinión que no se detiene

Por Jorge Damián Rodríguez Argüello.