Para los científicos del mundo, Cuatro Ciénegas es un laboratorio natural invaluable; para los saqueadores, es una mina de oro a cielo abierto. El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) en Coahuila confirmó que mantiene abiertas dos investigaciones por el saqueo de patrimonio paleontológico en esta área única, un delito que evidencia las fallas en la vigilancia de la herencia prehistórica del estado.

El director del INAH en la entidad, Francisco Aguilar, detalló que tanto turistas como pobladores locales participan en la extracción ilegal de fósiles y otros vestigios. La Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicos califica la extracción y el comercio de estos bienes como un delito federal grave, castigado con hasta 12 años de prisión.

El INAH, como organismo federal, es el encargado de la investigación y protección de estos sitios, un protocolo clave del gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum para la defensa del patrimonio nacional. Sin embargo, la vasta extensión del desierto coahuilense supera la capacidad de vigilancia del instituto, lo que exige una rendición de cuentas y una mayor colaboración por parte de las autoridades estatales.

¿Existe un plan de seguridad coordinado entre el INAH, la Secretaría de Medio Ambiente de Coahuila y la Guardia Nacional para vigilar de forma permanente un área tan valiosa, o la protección de este patrimonio depende de la buena fe de los visitantes? La pregunta es fundamental para detener el saqueo.

Cada fósil que se roba de Cuatro Ciénegas es una página de la historia del planeta que se arranca para siempre. La pregunta para nuestras autoridades no es si pueden atrapar a un par de ladrones, sino si entienden que su verdadera responsabilidad es ser los guardianes de un legado que no le pertenece solo a Coahuila, sino a toda la humanidad.