En las aguas del río Nazas, que atraviesa la Comarca Lagunera, nadaba un secreto guardado por la historia geológica: una nueva especie de pez endémico que, según los investigadores, llevaba al menos cinco millones de años oculta a los ojos de la ciencia. El hallazgo no solo enorgullece a la región, sino que también abre una ventana para entender mejor la biodiversidad y la evolución en ecosistemas del norte de México.
El pez, perteneciente al género Cyprinodon, fue identificado tras años de muestreos y análisis morfológicos y genéticos por un equipo de especialistas de instituciones mexicanas y extranjeras. Su rasgo más notable es la adaptación a las condiciones únicas del Nazas: aguas con variaciones extremas de temperatura y periodos de caudal limitado. Estas características, junto con su aislamiento natural, explican que la especie haya evolucionado de forma independiente durante millones de años.
Los científicos advierten que, aunque el hallazgo es motivo de orgullo, la especie enfrenta amenazas serias: la contaminación, la extracción excesiva de agua y la pérdida de hábitat. La presión humana sobre el río podría poner en riesgo su supervivencia antes incluso de que logre ser ampliamente conocida. Por eso, el anuncio del descubrimiento se acompaña de un llamado urgente a proteger no solo a este pez, sino al ecosistema completo que le da vida.
En La Laguna, el Nazas es más que un río: es memoria, sustento y ahora, también, un recordatorio de lo mucho que queda por descubrir y cuidar.
Un pez que sobrevivió millones de años no debería desaparecer en unas décadas por descuido humano. Protegerlo es proteger nuestra propia historia natural. La ciencia ya hizo su parte al encontrarlo; ahora la tarea es de todos para conservarlo.
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