En los hogares de los obreros de Monclova y la Región Centro, la noticia se recibió con una mezcla de esperanza y nerviosismo. El conciliador del concurso mercantil de Altos Hornos de México (AHMSA) anunció finalmente una ruta clara: la acerera será subastada como una sola “unidad productiva” con un precio de salida de 1,123 millones de dólares. Esta decisión es el paso más concreto hasta ahora para rescatar a la empresa, pero el futuro de miles de familias coahuilenses depende de quién será el nuevo dueño.

La venta bajo la figura de “unidad productiva” busca garantizar que la empresa sea reactivada y no vendida por partes como chatarra, una de las mayores preocupaciones de la comunidad. La reactivación de AHMSA es indispensable para la economía de Coahuila, pues su parálisis ha provocado una crisis de desempleo y la quiebra de decenas de empresas proveedoras en la región.

El proceso de subasta es la solución que el gobierno federal, a través del Poder Judicial, ha impulsado para resolver el prolongado conflicto. Se busca un comprador con la solvencia para reactivar la producción y cumplir con los protocolos de respeto a los derechos laborales, una exigencia clave del Sindicato Minero. Por su parte, el gobierno estatal del PRI tiene la responsabilidad de generar las condiciones para que la transición sea exitosa.

¿Garantizará el gobierno federal que el comprador tenga un plan de inversión sólido y el compromiso de respetar el contrato colectivo de los miles de trabajadores sindicalizados? Esta es la pregunta que define el éxito o el fracaso del rescate.

Ponerle precio a AHMSA es el primer paso, pero también el más fácil. El verdadero reto no es encontrar un comprador, sino asegurar que ese comprador venga a invertir, a crear y a respetar a su gente. La pregunta para todas las autoridades involucradas es: ¿están buscando solo salvar una empresa o están comprometidas con salvar el futuro de toda una comunidad?