Coahuila había puesto sus fichas en el nearshoring, esperando una ola de inversión extranjera y la ocupación plena de sus parques industriales. Sin embargo, el reciente aumento de aranceles a productos chinos y otros factores globales han frenado en seco ese auge esperado, provocando una caída en la demanda de nuevos espacios industriales en el estado.
Empresarios y desarrolladores reportan que la expectativa de una “nueva era” para la industria coahuilense se ha desinflado. El encarecimiento de insumos importados, la incertidumbre en las cadenas de suministro y el entorno internacional poco favorable han hecho que muchas empresas pospongan o cancelen proyectos de expansión en la región.
El golpe no es menor: varios parques industriales, sobre todo en el norte y sureste de Coahuila, registran niveles de ocupación por debajo de lo previsto a inicios de año. Esto impacta no solo en la generación de empleo y la recaudación, sino también en la economía local de municipios que ya contaban con el nearshoring como motor de desarrollo.
Especialistas advierten que, aunque la tendencia podría revertirse a mediano plazo si se estabiliza el comercio global, hoy por hoy la competencia entre estados es feroz y cada barrera comercial suma incertidumbre. La llamada “ventana de oportunidad” para Coahuila podría cerrarse si no se adapta rápido a los nuevos desafíos.
El nearshoring no es promesa garantizada: es oportunidad que se construye y se cuida. Cuando las reglas del juego global cambian, los estados deben reinventarse y responder con agilidad. Coahuila debe mirar más allá de las modas y fortalecer su atractivo estructural, para no quedarse esperando el tren del desarrollo.
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