Matamoros, Coahuila, vuelve a mirar con preocupación al río Aguanaval: los escurrimientos generados por lluvias recientes han elevado notablemente el nivel del cauce, activando la alerta de autoridades y comunidades ante el riesgo de desbordamientos e inundaciones. El fenómeno trae alivio por el agua, pero también temor por su fuerza.

Según Protección Civil, el incremento en el caudal del Aguanaval se debe a precipitaciones intensas en la sierra y zonas altas, cuyos escurrimientos llegan rápidamente al río y a canales de la región. Si bien la mayor parte del año el Aguanaval suele lucir manso o incluso seco, estos episodios repentinos pueden cambiar el panorama en cuestión de horas.

Equipos municipales y estatales han reforzado la vigilancia, haciendo recorridos por zonas vulnerables, limpiando cauces y exhortando a la población a mantenerse informada, evitar acercarse a la ribera y reportar cualquier situación de riesgo. Vecinos de comunidades ribereñas recuerdan inundaciones previas y piden atención constante, especialmente para quienes viven en áreas bajas.

El agua trae esperanza a agricultores y ganaderos, pero deja claro que la gestión y la prevención son clave para evitar tragedias y daños materiales.

El agua es bendición y desafío, y el río Aguanaval lo demuestra cada temporada de lluvias. Que la memoria de inundaciones pasadas motive a autoridades y ciudadanos a actuar con responsabilidad y previsión. Cuidar el río es cuidar la vida y la tranquilidad de Matamoros.