En Monclova, el agua ya no solo se mide en litros sino en conciencia. El Sistema Intermunicipal de Aguas y Saneamiento (SIMAS) realizó una serie de concursos de dibujo, poesía y cartel para impulsar el uso responsable del agua entre niños y jóvenes. La iniciativa reunió a más de 400 participantes de primaria y secundaria, quienes transformaron mensajes de conciencia en obras visuales y literarias que reflejan el valor de cada gota.
El director general de SIMAS Monclova-Frontera señaló que estas acciones buscan construir una cultura permanente de ahorro y reutilización del agua en los hogares. Los concursos se enmarcan en la Estrategia Estatal de Educación Hídrica 2025, coordinada con la Secretaría de Medio Ambiente y la Comisión Nacional del Agua (Conagua).
Durante la ceremonia de premiación, autoridades municipales reconocieron a los ganadores con certificados y visitas educativas a las plantas de tratamiento. Las obras serán exhibidas en escuelas y plazas públicas de la región Centro.
De acuerdo con datos del INEGI, en Coahuila el consumo promedio por persona supera los 270 litros diarios, 20 % por encima de la media nacional. Por eso, las autoridades apuestan por la educación temprana como clave para revertir ese patrón.
La campaña también incluye talleres de cómic ambiental y “brigadas azules” que visitan colonias para detectar fugas y explicar cómo reportarlas a tiempo.
Docentes y padres de familia destacan que el impacto es visible en casa. “Ahora los niños nos regañan si dejamos la llave abierta”, dijo una madre de la colonia El Roble. Trabajadores de SIMAS agregan que cada visita a las escuelas genera nuevos reportes de fugas en hogares y parques.
La educación hídrica dejó de ser un discurso verde para convertirse en política de sobrevivencia. En una región donde el agua define la vida industrial y familiar, iniciativas como las de SIMAS Monclova demuestran que enseñar a cuidarla es tan importante como bombearla. El reto ahora es que estas acciones no se limiten a concursos, sino que formen parte del calendario escolar y de las prioridades estatales. ¿Puede Coahuila convertir la cultura del agua en su nuevo símbolo de identidad social?














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