Desde que el senador Salazar lanzó la denuncia, el agua del pueblo y los bolsillos municipales traen más lodo que nunca. Aquí no se raja: hay camioneta, triangulación y, según él, hasta pa’ fío en casa habitación.
El pasado 9 de junio de 2025, el senador Luis Fernando Salazar Fernández (Morena) denunció que el SIMAS Torreón pagó más de 66 millones de pesos a una supuesta “empresa fantasma”: Grupo Integrador de Servicios de Edificación S.A. de C.V., a cambio de mantenimientos que, según asegura, nunca se realizaron. El cobro corresponde a 369 facturas en 2024 y 223 en 2025, con pagos que incluyen la compra de una Camioneta Suburban High Country por 2.1 millones, a nombre de quien sería el chofer del secretario del Ayuntamiento.
En respuesta, Roberto Escalante González, gerente de SIMAS, insistió en que todo se hizo por licitación pública, con recursos federales y conforme a la ley, y rechazó irregularidades. Por su parte, José Elías Gánem, secretario municipal, calificó la acusación como “estrategia mediática” y acusó al senador de buscar protagonismo.
El 10 de junio, la Fiscalía Especializada en Delitos por Hechos de Corrupción de Coahuila (FEHC) confirmó que abrió carpeta de investigación por posibles delitos de fraude, peculado y robo.
“La persona con la que han triangulado este dinero es chofer del secretario del ayuntamiento, recibiendo depósitos directos de la empresa…” Luis Fernando Salazar Fernández, senador de la República.
Si esto es show político o crimen real, se sabrá pronto. Pero una cosa es clara: el agua de Torreón no puede ser moneda de cambio. Esperemos que la Fiscalía no se vaya por el tubo.
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