Desde primer día de la semana pasada con el inicio de registros para la Pensión para el Bienestar de las Personas Adultas Mayores, hasta el arranque oficial del programa Salud Casa por Casa, pasando por las primeras capacitaciones para “La Escuela Es Nuestra” en Torreón y el respaldo empresarial a los comités de padres en Monclova, el mensaje ha sido claro: el bienestar no es un discurso, es una acción diaria que se construye desde el territorio y con rostro humano.
Como ciudadano, he seguido con atención cada una de estas iniciativas. No es menor lo que está ocurriendo. Se está gestando una transformación real en la forma en la que se entiende la política social: ya no como una dádiva lejana, sino como una responsabilidad compartida, viva, acompañada y pensada con la gente.
Quienes caminan esta transformación todos los días tienen nombres y rostros: las y los Servidores de la Nación, los Facilitadores de Salud, los equipos de Bienestar en campo, mujeres y hombres que recorren comunidades, visitan hogares, escuchan a familias, y aseguran que los programas lleguen con orden, sensibilidad y transparencia. A todas y todos ellos, mi sincero reconocimiento.
También reconozco con gratitud la dirección firme y cercana del Delegado Américo Villarreal Santiago, cuyo compromiso con la gente se traduce en hechos, y no en protocolos. El trabajo territorial que encabeza inspira confianza y motiva a quienes creemos que la política puede y debe tener alma.
Y por supuesto, estas acciones encuentran su fuerza en la visión clara, progresista y profundamente humana de la Presidenta Claudia Sheinbaum Pardo. Su liderazgo se siente aquí, en Coahuila, no solo en las decisiones institucionales, sino en la confianza renovada que despierta en la ciudadanía: la certeza de que hay un camino hacia adelante donde el pueblo es el centro, y no el adorno.
En cada entrega, en cada capacitación, en cada visita médica o en la distribución de mobiliario a Centros Integradores en Piedras Negras, hay una verdad que se reafirma: el bienestar no es un destino, es un trayecto colectivo. Un proyecto en construcción permanente, que se sostiene con la suma de voluntades, esfuerzos locales y convicción nacional.
Coahuila avanza. No en solitario, ni por inercia, sino con paso firme, hombro con hombro con quienes más lo necesitan. Como ciudadano, me llena de esperanza ver que el bienestar se convierte en hábito, en cercanía, en justicia
La editorial
Camino Ciudadano
Opinión que no se detiene
Por Jorge Damián Rodríguez Argüello.
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