En las líneas de ensamble y en las oficinas de logística de las plantas automotrices de Coahuila, la próxima revisión del T-MEC en 2026 es más que un titular; es una amenaza directa a la estabilidad del estado. Ante este escenario, expertos legales y líderes empresariales han lanzado una advertencia unificada: Coahuila debe pasar de la preocupación a la acción y formar un bloque proactivo para defender los intereses de su industria en la consulta nacional.

Por un lado, firmas de abogados especializadas advierten que las reglas de origen del sector automotriz son el punto más riesgoso para la economía local. Por otro, el Consejo Coordinador Empresarial (CCE) insiste en que el empresariado no puede esperar pasivamente, sino que debe liderar la estrategia, preparando datos técnicos y participando activamente en el “cuarto de junto” de las negociaciones.

La Secretaría de Economía federal, en línea con el protocolo de la presidenta Claudia Sheinbaum, ya inició el proceso de consulta pública, la vía institucional para que las industrias y gobiernos locales presenten sus argumentos. La colaboración entre el sector privado y el gobierno ha sido clave en negociaciones pasadas, sentando un precedente para la actual consulta.

Desde Coahuila, la exigencia es que el clúster automotriz y el gobierno estatal entreguen resultados, organizando esta participación para defender los miles de empleos en juego. ¿todos los subsectores de la industria en el estado están igualmente preparados para presentar sus argumentos técnicos ante la federación, o si el esfuerzo se concentrará únicamente en el ramo automotriz?

La advertencia de los expertos y la estrategia del empresariado están sobre la mesa. La defensa del T-MEC no se ganará con discursos, sino con una participación coordinada y técnicamente impecable. La pregunta para los líderes de Coahuila es si lograrán pasar de la retórica de unidad a la acción conjunta que se requiere para proteger el motor económico del estado.