Autoridades ganaderas y legisladores coahuilenses pidieron aplicar el principio precautorio ante el riesgo del gusano barrenador del ganado. Advierten que la importación sin control desde Centroamérica podría reactivar una plaga erradicada en México desde hace más de dos décadas.
La tranquilidad sanitaria del campo coahuilense está en juego. Productores, diputados y representantes ganaderos hicieron un llamado urgente al gobierno federal para suspender de inmediato la importación de ganado en pie desde Centroamérica, ante la detección reciente del gusano barrenador en Panamá, Honduras y Costa Rica.
Esta plaga, erradicada en México desde 1991, representa una amenaza directa para el hato nacional, especialmente en estados fronterizos como Coahuila, donde la ganadería representa un pilar económico y sanitario clave. El gusano barrenador (Cochliomyia hominivorax) destruye tejidos vivos de los animales, ocasiona sufrimiento, pérdidas económicas severas y obliga a costosos protocolos de erradicación.
Legisladores del Congreso local exigieron a SENASICA y a la SADER que apliquen el principio precautorio, contemplado en acuerdos internacionales como el de Sanidad Animal de la OMC, que permite suspender actividades cuando hay peligro inminente para la salud animal.
Además, solicitaron que se refuercen los filtros sanitarios en aduanas, garitas y puntos de inspección zoosanitaria en la frontera norte, para evitar cualquier ingreso irregular de animales infectados o vectores de la plaga.
El riesgo no es menor: de no contenerse, podría generarse un brote devastador que afecte no solo al sector pecuario, sino también a la economía agroexportadora y a la seguridad alimentaria del país.
Una vez que el gusano entra, no hay marcha atrás fácil. México ya venció esta plaga una vez; permitir su regreso por falta de vigilancia sería un error imperdonable. En el campo, prevenir es más barato que erradicar. Y en este caso, también es más justo.














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