Mientras Saltillo improvisó una “minifosa” para ganar tiempo, Acuña se echó el doble: inauguró septima celda y aseguró 22 años más de basura. O sea, el norte busca respirar, pero cada quien lo arregla a su modo.
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En junio, el director Aníbal Soberón confirmó que el relleno de Saltillo tenía solo 2.5 años de vida útil. En lo inmediato hicieron una “minifosa”, pero estudios ambientales y trámites federales avanzan lento.
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Acuña inauguró su séptima celda en el relleno sanitario, añadiendo capacidad para 190 toneladas diarias y extendiendo su vida útil de 11 a 22 años. En presencia de PASA y el alcalde Emilio de Hoyos, este destacó que antes solo había un tiradero a cielo abierto, con graves efectos ambientales.
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El Cabildo aprobó extender la concesión a PASA, renovar camiones recolectores y optimizar rutas. También lanzaron campañas de reciclaje y educación para prolongar aún más la celda.
“La nueva celda tiene capacidad para recibir 190 toneladas diarias… operará hasta por 22 años más.” —Emilio de Hoyos Montemayor, alcalde de Ciudad Acuña
Acuña avanzó con paso firme y visión a largo plazo. Saltillo, en cambio, sigue en modo parcho. Que sirva de lección: no basta con tapar hoyos, hay que cavarlos bien… y de una vez.
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