Un hombre de 56 años, identificado como Joaquín Inurreta González, falleció el 17 de octubre de 2025 en el Hospital General de Nadadores tras complicaciones derivadas de un presunto caso de dengue. Esta muerte pone en evidencia que el vector no es solo una amenaza para regiones tropicales: Coahuila también está en riesgo y debe reforzar su vigilancia epidemiológica.
Las autoridades locales ya implementaron jornadas intensivas de fumigación en zonas urbanas y periféricas del municipio y exhortaron a la población a eliminar recipientes con agua estancada, así como a reportar síntomas sospechosos de dengue mediante los números de salud estatales.
El municipio de Nadadores se encuentra a unos 30 km al noroeste de Monclova y forma parte de la Región Centro; ante su ubicación, los servicios de salud han activado una cadena de contingencia que incluye municipios vecinos. Esta coordinación intermunicipal es crucial para frenar la propagación del virus antes de que se convierta en un brote mayor.
Las cifras estatales indican que Coahuila registra ya un incremento del X % en casos sospechosos de dengue en comparación con el mismo periodo del año anterior. ¿Contará el estado con suficiente recurso humano, insecticida y monitoreo activo para cortar la transmisión y evitar más fallecimientos?
La muerte de un ciudadano puede quedar como una estadística o convertirse en una llamada de atención para sistema y comunidad. En Coahuila, la salud pública debe actuar con anticipación, no solo reaccionar. ¿Están preparados los municipios más pequeños para dejar de ser zonas vulnerables y convertirse en territorios de prevención permanente?














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