Cientos de ciudadanos fronterenses participaron en el Dog Run 3K, evento deportivo en Monclova que combinó conciencia, convivencia familiar y recaudación de fondos para campañas de esterilización. En redes y entre dueños de mascotas, se celebró el ambiente lúdico y solidario. Esta actividad importa para todo Coahuila porque vincula deporte, civismo y políticas de cuidado animal: si municipios medianos adoptan esta lógica, puede replantearse la relación gobierno-ciudadanía en lo local.

El recorrido inició y concluyó en la explanada de la Presidencia de Frontera, con la presencia de la alcaldesa Sara Irma Pérez Cantú, funcionarios municipales y representantes de Protección Animal y Salud. Se realizaron rifas, entrega de medallas para los perros participantes y se recabaron recursos para la siguiente campaña de esterilización.

La organización involucró dependencias como Medio Ambiente, Salud Pública, Protección Animal municipal y la Fundación MILMA A.C. El evento buscó reforzar el respeto hacia los animales, fomentar comunidad y sensibilizar sobre abandono y abandono animal.

Se afirmó que los fondos obtenidos serán destinados a la nueva campaña de esterilización con médicos veterinarios estatales y locales, aplicando técnicas de mínima invasión.

Comparativamente, en municipios con menor visibilidad urbana, este tipo de actividades son raras o no llegan con apoyo institucional. Si este modelo se replica, podría fortalecer políticas municipales y coordinación estatal de bienestar animal.

Un Dog Run no es sólo diversión: es un acto político de ciudadanía activa en favor de los seres que no tienen voz. Si municipios como Frontera adoptan este perfil de conciencia animal, Coahuila podría liderar en legislación local, centros de bienestar y compromiso comunitario. ¿Cuántos municipios más adoptarán esta ruta?