En barrios de Torreón crece la tensión por ruidos, basura, fugas o invasiones de espacios comunes; el Centro de Justicia Municipal (CJM) interviene con mediación, atendiendo entre 7 y 14 conflictos vecinales semanalmente. En voces vecinales, es bienvenida la intervención institucional, pero también surge la pregunta: ¿esta estrategia local sirve para frenar el deterioro del tejido social a nivel estatal, o solo para conflictos visibles?
La directora del CJM, Martha Esther Rodríguez Romero, explicó que cada caso puede tener hasta tres intentos de mediación en plazos definidos. Si no hay acuerdo o alguna parte incumple, el caso se canaliza a los juzgados para su resolución legal.
Los conflictos más frecuentes que atiende el CJM incluyen insultos entre vecinos, ruidos excesivos, acumulación de basura, obstrucción de banquetas, fugas de agua, construcciones en contrabarda, invasión de estacionamientos, afectaciones por árboles y disputas por mascotas.
Se ha afirmado que el personal de mediación está certificado por el Tribunal Superior de Justicia del Estado y que los acuerdos firmados tienen validez legal dentro del Sistema Homologado de Justicia Cívica.
Comparativamente, en municipios del interior de Coahuila con menor litigio formal, muchos conflictos vecinales persisten sin mediación institucional ni mecanismos formales para resolverlos. Si en una ciudad grande como Torreón se normaliza la mediación, otras localidades podrían tomar nota para aliviar tensiones locales.
¿Logrará este modelo de mediación mantener comunidades pacíficas en toda la Laguna y motivar adopción en municipios menores?
La mediación vecinal no es un lujo para Torreón; es urgente en todo Coahuila. Que se escuchen voces locales, que se construyan arreglos comunitarios y que estos métodos no se limiten a ciudades grandes. ¿Queremos un estado donde los conflictos pequeños no ardan y se apaguen con diálogo institucional?














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