Mientras Coahuila despliega sus principales apuestas viales —Monclova anuncia recarpeteos por 1.8 mdp, Torreón entrega pavimentación por más de 9.6 mdp y Saltillo avanza en su bulevar—, surge una duda crítica entre ciudadanos y técnicos: ¿serán estas obras duraderas o se convertirán en parches decorativos?
El gobierno estatal ha canalizado inversión visible hacia municipios clave bajo una estrategia de recarpeteo.
En Torreón, el llamado Gran Programa de Recarpeteo ya suma entregas en colonias como Tierra y Libertad, Francisco Villa y Bocanegra, por un total de 14 600 m² y una inversión de alrededor de 9.3 millones de pesos.
En Monclova, el área de infraestructura municipal publicó que la calle Lucio Blanco, en la colonia Miravalle, fue intervenida mediante fresado, colocación de 800 m² de mejoramiento de base y aplicación de 3,800 litros de emulsión asfáltica, con una inversión oficial de 1.8 millones de pesos.
Saltillo también participa: obras del bulevar José María Rodríguez muestran avances visibles y elementos de modernización vial.
Aunado a esto, medios locales reportan que el Granite Program (versión local del programa estatal) en Torreón prevé asignaciones por 150 millones de pesos para infraestructura urbana, de los cuales buena parte se dirige a pavimentación y rehabilitación vial.
Pero la inversión no basta. Las obras intervienen zonas con drenajes viejos, suelos compactados y falta de supervisión técnica detallada. Si no se reparan daños estructurales debajo del pavimento, las nuevas capas aguantan lo que dure el clima o el tránsito pesado.
La obra pública no se mide en metros ni millones, sino en cuántas calles sobreviven lluvias, tráfico y desigualdad vecinal. Coahuila parece estar apostando por infraestructura visible para mostrar avance, pero su prueba de fuego será que esas mejoras no se conviertan en grietas futuras.
Cuando municipios como Monclova y Torreón intervienen juntas bajo la misma lógica estatal, la responsabilidad deja de ser individual y pasa a ser política: ¿implantaremos planes de conservación reales, auditorías independientes y mantenimiento sustentable? Si no, esta ola de recarpeteo será efímera, no el legado que esperan los ciudadanos.














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