En las salas de maestros de las escuelas de todo Coahuila, la indignación y la incertidumbre han reemplazado la alegría de un aumento salarial. La Sección 38 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) ha exigido formalmente al Gobierno del Estado una “respuesta positiva y a la brevedad” para corregir los errores en el pago del incremento salarial, un fallo administrativo que ha afectado el bolsillo de miles de docentes.
El problema surgió tras la aplicación del aumento salarial del 16%, negociado a nivel nacional. Docentes de todo el estado, especialmente aquellos con mayor antigüedad, reportaron haber recibido un pago menor al que les correspondía. El pago incorrecto del aumento es una violación a los acuerdos de la Negociación Salarial Única 2025 y afecta directamente el ingreso de miles de familias de maestros.
La dirigencia sindical, encabezada por Isela Licerio, ya entregó el pliego petitorio a las secretarías de Finanzas y de Educación del estado, de quienes se exigen resultados inmediatos. Este error pone a prueba la capacidad de gestión del gobierno estatal del PRI y su relación con el magisterio, una de las fuerzas laborales más importantes de Coahuila.
¿Implementará la Secretaría de Finanzas una auditoría para identificar el origen del error y garantizar que no se repita en futuros pagos, o se limitará a hacer un pago retroactivo sin corregir el sistema de nómina? La pregunta es clave para restaurar la confianza.
Un error en la nómina de un maestro no es un simple fallo administrativo; es un mensaje de descuido hacia quienes forman a las nuevas generaciones. La pregunta para el gobierno de Coahuila no es solo si pagará lo que debe, sino cómo reparará la confianza que se rompió con este “error” que, para muchos, se sintió como una falta de respeto.














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