En los cafés y columnas políticas de Coahuila, el nombre de Ricardo Mejía Berdeja vuelve a sonar con fuerza. Su reaparición en un evento en Torreón con un llamado a la “unión” de las fuerzas de la Cuarta Transformación (4T) es la primera señal clara del reagrupamiento de la oposición y el inicio de la narrativa política rumbo a los próximos ciclos electorales en el estado.
El mensaje de Mejía Berdeja sigue el protocolo del movimiento a nivel nacional: consolidar un frente unido para presentar una alternativa. Su discurso criticó al gobierno del estado y a municipios como Torreón, a los que acusó de generar división. Estas declaraciones marcan la reaparición más significativa de Mejía en la escena coahuilense desde las pasadas elecciones.
En contraste, desde el gobierno estatal del PRI se responde a estas críticas con resultados en materia de seguridad y desarrollo económico, argumentando que la estabilidad de Coahuila es producto de su propio modelo de gobierno.
El llamado a la unidad de Mejía Berdeja encontrará eco en todas las facciones de la 4T en el estado o si se trata de una estrategia personal para posicionarse a futuro, pero la conversación política en Coahuila ya tiene un nuevo elemento sobre la mesa.
Los llamados a la “unidad” son una constante en la política, pero la verdadera cohesión se construye con propuestas, no solo con discursos. La pregunta para toda la oposición en Coahuila es inevitable: más allá de criticar al gobierno actual, ¿cuál es el plan alternativo y viable que le ofrecen a la ciudadanía?














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