En los comités de padres de familia de ejidos como Palo Blanco, en Ramos Arizpe, se celebra una nueva forma de trabajar por la educación de sus hijos. La llegada del programa federal “La Escuela Es Nuestra” (LEEN) a su primaria es un hecho que materializa el apoyo del gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum a las comunidades rurales, llevando justicia social y desarrollo directamente a quienes más lo necesitan.

El programa, un pilar de la política social federal, opera bajo un protocolo claro y transparente: entregar el dinero directamente a los Comités Escolares de Administración Participativa (CEAP), conformados por los propios padres y maestros. La meta, según cifras de la Secretaría del Bienestar, es fortalecer la organización comunitaria y asegurar que cada peso se invierta en lo que la escuela realmente necesita, ya sea un techo nuevo, baños dignos o equipo tecnológico.

El modelo de entrega directa es eficiente y ha sido bien recibido por las comunidades, que ahora gestionan sus propios recursos para el beneficio de sus hijas e hijos, en línea con el plan de desarrollo estatal.

Aun no sabemos si número de escuelas beneficiadas en el estado aumentará para el próximo ciclo, pero la expectativa de los padres de familia es alta, confiando en que esta colaboración continúe expandiéndose por todo Coahuila.

La entrega directa de recursos es más que un apoyo económico; es un acto de confianza en las comunidades rurales y un reconocimiento a su capacidad para decidir el futuro de sus escuelas. El programa fortalece el tejido social y sienta las bases para una transformación educativa desde la raíz. Con la comunidad al centro de las decisiones, ¿qué otros logros históricos podrá alcanzar Coahuila en materia de bienestar y educación?