Entre los empresarios hoteleros y en los círculos deportivos de Coahuila, se sigue analizando el éxito de la organización del partido entre México y Uruguay en Torreón, un evento de preparación para el Mundial 2026. Este tipo de espectáculos no solo generan una derrama económica regional, sino que proyectan a todo Coahuila como una entidad segura, moderna y capaz de atraer turismo e inversiones de alto nivel.
La Federación Mexicana de Fútbol (FMF), bajo un estricto protocolo de selección de sedes, optó por Coahuila. Hasta ahora se ha comprobado que la infraestructura deportiva y hotelera del estado cumple con las metas de calidad requeridas por la FIFA, siendo una solución logística viable fuera de las sedes tradicionales del país. Medios nacionales como ESPN destacaron la importancia de este duelo para definir la estrategia de la Selección.
El gobierno estatal reportó resultados positivos en ocupación y derrama económica. Sin embargo, la exigencia de la iniciativa privada, documentada por medios locales como El Siglo de Torreón, es que se presenten planes transparentes para atraer más eventos de esta magnitud a otras regiones, asegurando que los beneficios no se concentren en una sola zona.
Todavía no está claro si el estado buscará activamente ser un campamento base para alguna selección internacional durante el Mundial 2026, lo que representaría un impulso económico y mediático para toda la entidad, desde la frontera norte hasta el sureste.
Traer un partido internacional es un logro, pero el verdadero reto es convertirlo en política pública. La inversión en deporte de alto rendimiento debe ir acompañada de un plan estatal que fomente el talento local en todos los municipios. ¿Cómo puede Coahuila capitalizar esta visibilidad para que inspire y beneficie a los jóvenes atletas desde la Carbonífera hasta el Sureste?













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