La colonia Santa Sofía de Torreón fue escenario de un hecho que ha generado indignación y dolor en todo Coahuila. Una mujer de 26 años fue encontrada sin vida en el baño de su vivienda, y las primeras investigaciones de la Fiscalía General del Estado apuntan a que el responsable sería su pareja sentimental, actualmente prófugo.
Vecinos señalaron que la joven había denunciado episodios de violencia previos. Hasta ahora se ha comprobado que la causa de muerte corresponde a un ataque directo; todavía no está claro si existía una orden de protección activa ni por qué no se le otorgó acompañamiento institucional oportuno.
El presunto agresor ya fue identificado por las autoridades, y se activó un operativo de búsqueda con apoyo de la Policía Municipal y la Agencia de Investigación Criminal. Colectivos feministas y familiares de la víctima han exigido que el caso sea tratado como feminicidio, en línea con la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia.
Este feminicidio no es solo una tragedia local: refleja la fragilidad de las medidas de protección en todo el estado y cuestiona la efectividad de las políticas contra la violencia de género. ¿Qué tan preparados están los protocolos en Coahuila para evitar que una denuncia previa se convierta en un caso irreversible? Cada omisión institucional se traduce en una pérdida irreparable.














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