Chats vecinales y grupos de transportistas en La Laguna reaccionaron con sorpresa luego de que el Departamento de Estado de Estados Unidos actualizó su alerta de viaje y colocó a Coahuila en nivel 3: “reconsiderar viaje”. La medida, que incluye por primera vez la advertencia de “riesgo de terrorismo” en zonas de México, plantea dudas sobre seguridad fronteriza, turismo e inversión en el estado.
La actualización emitida desde Washington señala que seis estados del país se ubican en nivel 4 (“no viajar”), mientras Coahuila aparece en nivel 3, junto con entidades como Chihuahua y Jalisco. Según el documento, la categoría responde a riesgos de violencia criminal y ahora también a escenarios de terrorismo en ciertas regiones de México. Hasta ahora se ha comprobado que la alerta no implica un cierre de cruces ni nuevas restricciones formales, pero todavía no está claro si impactará en la afluencia de visitantes y en la confianza de inversionistas.
Fuentes diplomáticas precisaron que la advertencia se basa en evaluaciones globales de seguridad y que cada nivel responde a parámetros estandarizados. En contraste, autoridades estatales han señalado en ocasiones anteriores que Coahuila mantiene índices de seguridad más estables que otras entidades, con protocolos activos en vigilancia de carreteras y fronteras. El debate se centra en la necesidad de reforzar estadísticas verificables y comunicación con socios internacionales para evitar percepciones desproporcionadas.
En la actualización también se subrayó que los viajeros estadounidenses deben inscribirse en el Programa de Inscripción de Viajeros Inteligentes (STEP) y atender comunicados de la embajada y consulados. El llamado de Coahuila es a sostener mesas de coordinación con el gobierno federal y organismos de seguridad para contrastar datos, establecer métricas de reducción de riesgos y comunicar avances de manera transparente.
La alerta refleja un desafío doble: atender percepciones externas sin descuidar la realidad interna. Coahuila tiene la oportunidad de responder con datos, protocolos y diálogo, para demostrar que la seguridad fronteriza puede ser un activo y no un obstáculo. La participación ciudadana en exigir cifras claras y políticas consistentes será crucial para sostener confianza y desarrollo.














Comments are closed