En reuniones internas y pasillos de oficinas oficiales en Torreón, la reestructuración del gabinete municipal tomó forma con el relevo de siete cargos estratégicos. El alcalde Román Alberto Cepeda González presentó nuevos perfiles en Tesorería, Secretaría del Ayuntamiento, Tránsito y Vialidad, Desarrollo Económico, Turismo, IMPLAN y Contraloría, con el argumento de fortalecer la gestión y consolidar “un solo equipo” con el gobierno estatal.

Primero, se destacó que la decisión fue personal del alcalde y que busca coordinación directa con el gobernador Manolo Jiménez Salinas. Después, se subrayó que los cambios responden a la necesidad de mayor control político y técnico en áreas sensibles como finanzas, planeación urbana y movilidad. Hasta ahora se ha comprobado la formalización de los nombramientos y el arranque de la nueva directora de Tránsito y Vialidad, Martha Alicia Faz Dávila, quien prometió “borrón y cuenta nueva”, combate a extorsiones, incorporación de más mujeres, fortalecimiento de alcoholímetros y hasta la posibilidad de portar armas en la corporación. Todavía no está claro si estas medidas se traducirán en resultados medibles para la ciudadanía.

El contraste es evidente: mientras el Ayuntamiento presenta los relevos como una renovación para reforzar la confianza, vecinos y especialistas advierten que cambiar nombres no garantiza mejoras sin un calendario de acciones claras y métricas públicas. El reto está en convertir la sacudida administrativa en resultados tangibles en calles más seguras, trámites más ágiles y finanzas municipales transparentes.

Mover las piezas en el gabinete puede ser una jugada necesaria, pero la política no se mide por anuncios, sino por resultados. Torreón exige pruebas concretas de que este reacomodo no es solo un ajuste de sillas, sino una ruta hacia mejor gobierno.