En paradas de camión y pláticas vecinales del oriente de Torreón, la molestia volvió a crecer: la bomba 90 del Sistema Municipal de Aguas colapsó y dejó sin servicio a ocho colonias durante este inicio de semana. La dependencia confirmó que la avería detuvo el suministro y que brigadas trabajan en la reparación.

Primero, se reportó que la falla se registró en el motor principal, lo que obligó a suspender operaciones de manera inmediata. Después, el organismo informó que se habilitaron pipas de emergencia, aunque vecinos señalaron que no fueron suficientes. Hasta ahora se ha comprobado que las colonias más afectadas son aquellas ubicadas en el sector oriente; todavía no está claro si el desperfecto tendrá solución definitiva o si se trata de un parche temporal.

El contraste es claro: mientras las autoridades insisten en que la reparación estará lista en el corto plazo, los habitantes acusan que las fallas en bombas y pozos son recurrentes y que no existe un calendario público de mantenimiento. Especialistas en gestión urbana advirtieron que sin inversiones estructurales el problema de desabasto seguirá apareciendo cada temporada.

El agua es un derecho, no una dádiva. La falla de la bomba 90 refleja un sistema debilitado y sin planeación a largo plazo. Torreón necesita transparencia en mantenimiento, inversión constante y protocolos claros, porque la paciencia ciudadana se agota con cada nueva suspensión.