En pláticas en la Plaza Principal y en pasillos de comercios de Monclova, se repite la misma inquietud: los exobreros de Altos Hornos de México (AHMSA) volvieron a manifestarse frente a las oficinas de Resguardo Corporativo, cansados de promesas incumplidas y de la ausencia de un plan claro para cubrir salarios y prestaciones que siguen pendientes desde hace meses.

El grupo de extrabajadores desplegó pancartas y consignas, reclamando lo que consideran un abandono institucional. Denunciaron que, pese a las múltiples reuniones con directivos y autoridades, no existen calendarios oficiales ni mecanismos transparentes de pago. La protesta, que se suma a varias realizadas este año, visibiliza la frustración de cientos de familias que dependen de lo que la empresa mantiene congelado.

Hasta ahora se ha confirmado que los manifestantes fueron atendidos por personal de resguardo, pero sin acuerdos firmes. Todavía no está claro si la Secretaría del Trabajo federal intervendrá en el corto plazo ni si el concurso mercantil en curso permitirá liberar recursos. Tampoco se sabe qué papel jugarán las gestiones del gobierno estatal en la resolución de este conflicto.

Comerciantes y transportistas del centro de Monclova señalan que la falta de certidumbre con AHMSA tiene un efecto dominó: cae el consumo local, se contrae la economía y se multiplican los reclamos ciudadanos hacia un consorcio que durante décadas fue el motor de la región. La protesta de los exobreros es, dicen, un recordatorio constante de que sin transparencia y capacidad de gestión no habrá recuperación.

La protesta de los exobreros de AHMSA no es un hecho aislado, es síntoma de una crisis prolongada. Monclova y Coahuila necesitan más que discursos: requieren calendarios, pagos efectivos y rendición de cuentas. Sin soluciones claras, cada manifestación será una prueba más de la incapacidad de la empresa y de las autoridades para atender la urgencia social.