En pasillos universitarios y entre docentes de Torreón circula el eco de una ponencia que cimbró conciencias: el jesuita Javier Ávila afirmó que México arrastra un “pacto de impunidad” desde la Guerra Sucia, una herida que sigue abierta por la falta de justicia a víctimas de desapariciones y violaciones de derechos humanos, y que compromete la credibilidad institucional en todo el país, incluida Coahuila.
Durante su participación en el Foro de Derechos Humanos organizado en la Universidad Iberoamericana de Torreón, Ávila recordó que la impunidad no es un fenómeno reciente, sino estructural: casos de represión y desapariciones de los años setenta nunca tuvieron responsables sancionados. El sacerdote subrayó que esta falta de justicia es la que alimenta la continuidad de abusos en la actualidad.
Hasta ahora se ha confirmado que el encuentro contó con académicos, activistas y estudiantes, quienes discutieron también la necesidad de construir memoria y mecanismos de rendición de cuentas. Todavía no está claro si se impulsarán resoluciones locales o pronunciamientos institucionales a partir del foro, aunque organizaciones civiles anunciaron que darán seguimiento a las propuestas.
El mensaje resonó especialmente en Coahuila, donde familias de personas desaparecidas han denunciado falta de avances en investigaciones. Transportistas y comerciantes del centro de Torreón comentan que este tipo de foros son necesarios, pero insuficientes si no se acompañan de políticas públicas y reformas legales. El reto para las instituciones es traducir la crítica en acciones concretas.
Recordar la Guerra Sucia no es mirar al pasado, sino reconocer que la impunidad heredada sigue marcando el presente. Coahuila necesita que las voces ciudadanas y académicas se conviertan en exigencia constante: verdad, justicia y reformas que rompan definitivamente con la cultura de silencio.














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