La reciente temporada de lluvias expuso grietas y deslaves en fraccionamientos y zonas urbanas, lo que movió al Congreso de Coahuila a solicitar formalmente a los 38 municipios reforzar inspecciones en construcciones autorizadas, una medida que busca prevenir riesgos estructurales y proteger a las familias afectadas. El legislador Álvaro Moreira recalcó que esta supervisión debe garantizar que no se pase por alto la infraestructura básica: drenajes, agua, electricidad y espacios seguros imprescindibles para estabilizar viviendas y preservar el patrimonio comunitario.

El llamado apunta a una revisión que va más allá del permiso inicial: se busca que obras que avanzan en suelo frágil o sin infraestructura adecuada sean detectadas a tiempo y subsanadas, evitando daños futuros y pérdidas económicas para la ciudadanía. Aunque ya se turnó la propuesta a la Comisión de Desarrollo Urbano e Infraestructura para su análisis y dictamen, aún está por definirse si los municipios recibirán recursos adicionales o pautas precisas para implementar esas inspecciones de forma efectiva.

Cuando las lluvias dejan ver fallas urbanas, la revisión no puede esperar. Coahuila necesita que el monitoreo no se quede en alertas—sino que se traduzca en acciones claras, células de respuesta municipal y seguimiento exhaustivo, para que ni el agua ni la imprevisión terminen por arrasar hogares y confianza ciudadana.