Tras una prueba forense en San Juan de Sabinas, autoridades confirmaron que los restos encontrados corresponden a Mauro Antonio Sánchez Rocha, convirtiéndose en el vigésimo minero identificado tras la tragedia de la mina Pasta de Conchos, lo que ha sido un respiro para su familia y un impulso para mantener viva la memoria y exigir la localización de los cuerpos restantes.

De los 23 cuerpos ya recuperados, son 20 las familias notificadas, de las cuales 16 han recibido los restos con dignidad. Tres cuerpos aún están en análisis forense, y se espera concluir identificación entre agosto y septiembre. Esta labor coordinada entre la Fiscalía General de la República, el Instituto Mexicano del Seguro Social y la Secretaría del Trabajo es bienvenida: refleja tanto justicia científica como acompañamiento emocional, aliviando casi dos décadas de incertidumbre.

El hallazgo de Mauro Antonio adquiere mayor peso en un contexto donde más de 65 mineros perdieron la vida en 2006 tras una explosión en la mina operada por Grupo México. Este avance fortalece el compromiso de continuar con los trabajos de recuperación y mantener informadas a las familias.

Hasta ahora se sabe que la identidad de Mauro Antonio fue entregada directamente a sus familiares, quienes decidieron hacerlo pública en un gesto de solidaridad con otras familias en espera. Lo que sigue sin precisión es si ya hay una fecha tentativa para concluir las identificaciones restantes, si se ofrecerá atención psicosocial extendida a los dolientes o si esta etapa de entregas inspirará un cronograma formal para cerrar este capítulo tan sensible en la historia minera de Coahuila.

La confirmación de Mauro Antonio no cierra el duelo, pero sí abre un camino para la justicia y la memoria digna. En Coahuila, este avance debe convertirse en motor de impulso institucional para terminar lo que se empezó: restituir, honrar y sanar.