Qué rumbo tomará el municipio —que enfrenta retos de seguridad, desarrollo y gobernabilidad— se preguntan habitantes y actores políticos de San Buenaventura, tras la sorpresiva licencia del alcalde Hugo Lozano para dejar el cargo; sin explicaciones oficiales, la salida ha desatado especulaciones sobre el cumplimiento de sus compromisos, la continuidad de proyectos clave y el impacto político que este cambio traerá para la comunidad.
El Congreso del Estado recibió la solicitud de licencia de Hugo Lozano para separarse de la alcaldía de San Buenaventura, sin detallar las razones de su salida ni el periodo de ausencia. La decisión tomó por sorpresa a los ciudadanos y a su propio cabildo, quienes ahora esperan la designación de un alcalde interino que garantice la continuidad administrativa. San Buenaventura arrastra pendientes en materia de seguridad, proyectos de infraestructura y programas sociales que podrían quedar en pausa o modificarse según la visión de quien asuma el cargo. Actores políticos locales advierten que la falta de un pronunciamiento claro por parte del alcalde saliente abre espacio para versiones encontradas: desde un posible salto a otro cargo político, hasta diferencias internas en la administración. Mientras tanto, la población espera señales que definan si el relevo será solo un trámite temporal o el inicio de un reacomodo político mayor en la región.
En un municipio que ya enfrenta retos estructurales, las salidas inesperadas no solo mueven fichas políticas: también ponen a prueba la confianza ciudadana y la capacidad de respuesta de quienes se quedan.














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